Monterrey, NL.- No fue un delicioso cabrito, pero igual los británicos de Keane se llevaron hasta el sureste de Inglaterra el sabor de Monterrey.
Sin duda los regios disfrutaron del gran concierto que ofreció la banda de piano-rock en la Sultana del Norte, pero Tom Chaplin, Tim Rice y Richard Hughes pudieron deleitarse todavía más que sus propios fans, pues saborearon lentamente y sin prisa el calor, la fidelidad y la devoción de sus seguidores.
A su paso por México, Keane no podía dejar de pisar Monterrey, pues claramente recuerdan la bienvenida que recibieron hace dos años, cuando se presentaron en el Auditorio Coca Cola; esta vez, el rostro de los músicos reflejaba satisfacción, agradecimiento e incluso sorpresa al ver la respuesta de los fans.
Después de que el cantautor mexicano Mike Sierra fungiera como telonero, por fin el momento más esperado había llegado. Cerca de nueve mil personas ya estaban más que listas para recibir a Keane, y con ellos esa música inconfundible que los ha llevado a posicionarse en el gusto de miles de seguidores.
Ya eran las 22:00 cuando las luces se apagaron y se escucharon los primeros acordes de The lovers are losing, primer tema que se desprende de su más reciente material discográfico Perfect symmetry, la excusa perfecta para volver al país azteca que ya los ha recibido en varias ocasiones.
Con un fondo muy colorido a sus espaldas, (al igual que la portada de su nuevo álbum) la banda fue recibida al instante con gritos eufóricos que retumbaron en la Arena Monterrey.
El escenario resultó algo austero, con mantas de triángulos de colores y solamente una gran pantalla al fondo, aunque sin imágenes de circuito cerrado; sólo se transmitían fragmentos de algunos de sus videos, pero esto poco pareció importarle a la audiencia, y es que Keane supo cómo hacer del momento algo muy íntimo.
Entre la oscuridad con sólo algunos destellos de luz, la banda siguió con su repertorio, pero no sin que antes Tom Chaplin, vocalista de la agrupación, lanzara las primeras palabras a su querido público.
“Esta noche olviden sus problemas y canten con nosotros”, dijo Tom con un perfecto español, idioma que ‘ensayó’ toda la noche, esforzándose por comunicarse con la audiencia en su propio idioma.
Everybody’s changing, casi el himno distintivo del grupo, se escuchó y las ovaciones siguieron cada vez con más fuerza, “¡levanten esas palmas!”, dijo Chaplin una vez más en español, teniendo como respuesta un gran coro que seguía sus temas al pie de la letra.
Entre cada tema, los músicos se tomaban su tiempo para contemplar la audiencia y el área de cancha de la Arena Monterrey, que lucía a reventar. A cada término de una canción se presentaba una larga pausa, en la que la banda simplemente admiraba con una sonrisa en su rostro la devoción de su público.
“Estamos muy contentos de ver a la gente de Monterrey otra vez”, dijo Tom antes de seguir con una lista de canciones que incluyó temas como Bend and break, Again and again, A bad dream y This is the last time, uno de los más coreados.
“Venimos aquí hace dos años y había la mitad que ahora, gracias por venir esta noche, la vista desde este escenario es increíble, nos sentimos muy afortunados”, dijo el vocalista.
“Les quiero pedir que alumbren este lugar porque esta canción es de paz y es de mí para ustedes”, expresó Tom antes de interpretar Playing alone, entre las pequeñas de miles de luces de celulares que iluminaron la arena.
Uno de los mejores momentos de la velada fue cuando Tom Chaplin bajó del escenario para tomar de la mano de una fan la bandera de México que ató al pedestal de su micrófono: “Cada vez que venimos a su país nos llenan de alegría”.
La noche llegaba a su fin, pero no sin antes escuchar Somewhere only we know y Crystal ball, con las que se despidieron, pero al cabo de algunos minutos regresaron para seguir con Is it any wonder y Bedshaped para decir adiós a sus fieles seguidores regiomontanos poco antes de la medianoche.
A este concierto nuestra vicepresidenta Angelica tuvo la oportunidad de asistir.
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